La cadena alimenticia también conocida como
cadena trófica, es el proceso por el cual se transfiere energía alimenticia por
medio de seres vivos, en donde cada uno de estos se alimenta del anterior y es
alimento del siguiente. La cadena alimenticia es además una corriente de
nutrientes y energía establecida entre las distintas especies de un ecosistema
en relación a la nutrición del mismo.
Cada cadena alimenticia tiene su inicio en
un vegetal o en un organismo autótrofo, es decir que es capaz de fabricar su
propio alimento ya sea sintetizando sustancias orgánicas, usando energía solar
o mediante el uso de sustancia y reacciones químicas.
El resto de los integrantes de la cadena
alimenticia son denominados como los consumidores. El consumidor primario es
quien se alimenta del organismo autótrofo, es decir, del productor. Quien se
alimente del primario será el consumidor secundario que generalmente es
carnívoro, mientras el tercero sería un ovnivoro o un supercarnívoro.
Obviamente el consumidor primario será un herbívoro mientras el cuarto será un
necrofago.
La cadena alimenticia cuenta con un último
nivel donde ubicamos a descomponedores y degradadores, quienes actúan sobre
organismos muertos, descomponiendo la materia orgánica y transformándola de
nuevo en inorgánica para devolverla al suelo y a la atmósfera, y así, dar inicio
otra vez a la cadena.
La cadena alimenticia cuenta con ciertos
“eslabones”, los cuales obtienen la energía necesaria para la vida gracias al
eslabón anterior, mientras el productor la obtiene del sol o por otro medio. De
esta forma, la energía fluirá de forma lineal a través de la cadena
alimenticia, pero se producen pérdidas de energía cuando se pasa de un eslabón
a otro, por lo tanto uno de los últimos eslabones recibirá menor energía que
uno de los primeros. Debido a esto último, la longitud de la cadena va
aproximadamente hasta el cuarto o tercer consumidor.
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